Historia de la Casa
desde 1954...
…Y continuando la tradición familiar, José Ángel Martín Azcona, nieto del fundador, Don Ángel Azcona Galar, se pone al mando de la «Casa» y reabre sus puertas el 14 de febrero de 2018, con una imagen renovada tras un periodo de inactividad.
Tras mucho esfuerzo e ilusión se pone a la cabeza de un nuevo proyecto, bajo el consejo, e inestimable ayuda de Paloma y sus padres, Angelines y Pepe.
Un proyecto el cual busca agrado y disfrute de quien se siente a su mesa. Para ello no abandona la cocina tradicional que tantos años ha sido referente de la casa, haciendo hincapié en la calidad del producto y el buen hacer en la cocina en las manos de Ángel y su equipo.
Cuentan parte de la Historia en este artículo que citamos a continuación…(parte del Artículo de: La Cachuela del 16 de diciembre de 2010).
«Una casa de comidas»
Tantos años de trabajo no se pueden comentar en un simple articulo gastronómico, me extenderé un poco más, ya que esta casa así lo merece.
Don Ángel Azcona Galar es un futbolista Navarro que llega a esta ciudad fichado por el Club Deportivo Badajoz, formando parte, según los entendidos, del mejor equipo de fútbol que tuvo nunca esta ciudad, llevándolo por primera vez en su historia a la Segunda División de la liga en la temporada 1952/1953. Gran defensa central que estuvo a punto de fichar por el Real Madrid, cuentan como anécdota de la época que habiendo fallecido su madre recientemente un espectador en medio de un partido le llamo «Hijo de…»ante lo cual «Azcona» que así le llamaban, salió como un rayo salto la valla y le propino una buena galleta al susodicho.
Precisamente de su madre es de donde proviene la tradición culinaria de esta familia, y es que viuda desde muy joven tuvo que tirar de sus facultades en la cocina para sacar adelante a sus tres hijos.
Después de tres temporadas en Badajoz y otras dos en equipos de la provincia deciden comprar la casa, la alquilan a un restaurador y se marchan a Zaragoza con su esposa Carlota, a la que conoció en sus dos años como jugador del Conquense. Pero el restaurante no funcionaba, y además Badajoz, su equipo de fútbol y su gente le habían tratado muy bien, por lo que tomaran la decisión de su vida, en el año 58 recogen todas esas recetas que guardaban de su madre y se vuelven a Badajoz dispuestos a sacar adelante el negocio ellos mismos.
Y desde esos inicios creo que no ha habido miembro de este clan que no se haya dejado los huesos en la barra o en los fogones de este histórico establecimiento, lo digo con conocimiento de causa, ya que siendo amigo de uno de los nietos estuve algún domingo metido en su cocina esperando a que terminara con la plancha para irnos a pegarle patadas a un balón. Allí no paraba nadie y lo más importante siempre con una sonrisa en la cara con la que hacían sentirse a todo el que entraba por esa puerta como si fuera a comer a su propia casa. Aquí es donde considero que está el alma de este restaurante, a parte de la calidad de su materia prima consiguen que te acabes sintiendo parte de su propia familia.
Todo este trabajo se ha visto recompensado con numerosos reconocimientos del gremio pero el más importante llegaría en el año 2007 cuando le fue concedida la Medalla de Extremadura.
La casa sigue siendo la misma que hace 50 años pero no hace más de tres que ha sufrido un cambio de imagen, más moderno, que se ha llevado parte de su identidad. Pero la distribución sigue siendo la misma, delicioso patio para las noches de verano, barra en la entrada (también un lujo tomarse allí unas cañitas con buenas raciones) y las distintas salas a la izquierda». (Nuevamente Reformada en 2018 manteniendo su Identidad).